Llegamos de noche y fuimos a preguntarle al guarda si nos podiamos quedar. Fue super amable y nos dijo que sí, a pesar de las horas que eran. Aparcamos y esa noche ni siquiera cocinamos en la furgo de fummetsvan, todo para no molestar ni hacer ruido. Al dia siguiente fuimos al museo; 2€ por persona, que menos! Ideal para conocer la vida rural antigua letona. Valió la pena!